jueves, 13 de octubre de 2016

Café Medicinal (IV)

Buenas tardes,

Hoy seguimos con nuestros cafés con profesionales de la salud.

Nos visita hoy una especialista en MEDICINA INTERNA, que compagina guardias, con investigación

Os dejamos con la entrevista.


Recuerda cuando empezaste la residencia, ¿Con que palabras definirías este periodo? ¿Por qué?

Si, recuerdo cuando empecé la residencia.
Recuerdo perfectamente que en los inicios sentí MIEDO e ILUSIÓN. Dos sentimientos supongo opuestos pero que se mezclaban cada día.

MIEDO a lo desconocido, a no saber, a fallar, a como me aceptarían mis compañeros, a los pacientes, a mi tutor… 

ILUSIÓN por lo desconocido, por aprender, por demostrar lo que era capaz, por conocer a gente nueva, por sentirme cerca de los pacientes…

Todo una contradicción. Lo sé.

Cuando empezaste tu etapa laboral de adjunto, ¿qué dificultades te encontraste para el desarrollo de la misma?

La empecé hace poco tiempo, concretamente el 28 de Mayo de 2016. 

Pues la principal dificultad es encontrar trabajo de mi área específica. Hasta ahora trabajo en un área que no es la mía, hago guardias de urgencias y tengo una beca de investigación. Pero no he ejercido de internista.


¿Cuáles crees son las competencias necesarias para ser internista?

Las competencias pueden variar en función de las necesidades del entorno o de preferencias personales y en muchos hospitales de primer nivel o primera categoría los internistas se convierten en en verdaderos especialistas en una enfermedad o en un grupo de enfermedades. Pero básicamente todo internista debería tener unos pilares básicos:
  1. Atención clínica al paciente. 
  2. Conocimientos clínicos 
  3. Habilidades técnicas y de interpretación
  4. Habilidades de comunicación

Como debe ser, bajo tu experiencia, la relación con los especialistas que derivan pacientes a Medicina Interna.

Debería haber una continua comunicación, no se si en forma de sesiones semanales, o diarias matutinas o acceso telefónico pero sería mucho más efectiva y eficiente que actualmente. Nos beneficiaríamos ambos especialistas. 


Dada la amplitud de la Medicina Interna, ¿Qué tipo de pacientes se benefician de la atención del internista?

En realidad todos, o ese es mi pensamiento. El internista no trata una patología concreta, integra todos los problemas del paciente y no hay otra especialidad en el ámbito hospitalario que se defina así. 
La medicina cada vez está más divida en áreas subespecializadas y precisa un director de orquesta que englobe todos los elementos, ese es el INTERNISTA.

Por todo lo anterior el paciente que principalmente se beneficia es el paciente “anciano”, pluripatológico.

Hablamos de la responsabilidad del profesional en el cumplimiento terapéutico del paciente, ¿Qué repercusiones tiene el incumplimiento desde el punto de vista clínico?

El cumplimiento terapéutico es responsabilidad de todos los profesionales, sean internistas, cirujanos o médicos de familia. Debemos ser concisos y claros en las explicaciones al alta, debemos conocer el entorno del paciente para asegurar el posible cumplimiento terapéutico. 

El incumplimiento en algunos casos supone mayor morbi-mortalidad, aumento de reingresos, agudización de su patología crónica y en definitiva desestabilización, con lo cual es VITAL asegurar un cumplimiento adecuado. 

¿Cuáles crees que son las causas más frecuentes de incumplimiento?

Existen múltiples razones para el incumplimiento terapéutico que pueden relacionarse con el profesional, con el paciente, con el tipo de fármaco y con la percepción de enfermedad.

En las causas relacionadas del paciente influye el entorno personal y social
En las causas relacionadas con el profesional influye la comunicación médico-paciente
En las causas relacionadas con la percepción de la enfermedad influye la propia visión que el paciente tenga sobre la enfermedad, la importancia y el nivel en el que afecte a su día a día
En las causas relacionadas con el fármaco influye las tomas diarias, la facilidad y acceso de la medicación.


Y bajo tu experiencia, ¿qué puedes hacer para concienciar al paciente de la importancia del cumplimiento terapéutico? 

En lo que respecta al profesional se debe realizar un seguimiento junto al médico de familia para asegurar una comunicación continuada con el paciente y reforzar su entorno social.
En lo que respecta al fármaco intentar reducir al máximo la medicación innecesaria y en las patologías crónicas usar presentaciones que faciliten la adherencia



Por último, dinos una frase o cita con la que te sientas identificada.

Hay dos que me gustan mucho, más que identificarme es que me transmiten.


  1. “Si podéis curar, curad; si no podéis curar, calmad; si no podéis calmar, consolad."
  2. “Quien sólo sabe de medicina, ni de medicina sabe"

Muchas gracias y hasta el próximo café.

sábado, 27 de agosto de 2016

Café Medicinal (III)

Hoy os traemos la tercera de las entrevistas a profesionales de la salud e  nuestra sección “Café Medicinal”
En el día de hoy, hablamos con una adjunta, que desarrolla su profesión en la especialidad de urología.

Os dejamos con la entrevista.

¿Qué te llevó a elegir Medicina, y concretamente Urología como profesión?

Pues la verdad no sé por qué elegí medicina, pero lo cierto es que no me planteaba ninguna otra profesión. Siempre tenía claro que estudiaría medicina. 

Lo de escoger urología como especialidad si que tiene su historia. Cuando empecé la carrera imaginaba que escogería una especialidad de laboratorio, algo tranquilo y con poca relación con los pacientes. Pero la asignatura de anatomía cambió mi punto de vista, haciendo que me interesara por la cirugía. Fue en unas prácticas voluntarias de cirugía durante un verano cuando por casualidad acabé en el quirófano de urología, donde coincidí con unos urólogos con muchas ganas de enseñar, y eso fue lo que me hizo conocer la especialidad en profundidad, y ¡me entusiasmó! 

¿Qué recuerdas de tu primer día de residencia? ¿Que sentiste? 

El primer día, incluso las primeras semanas, te sientes como un niño con el colegio. Después de tantos años de carrera, tantas prácticas, un MIR... llegas allí y parece que no sabes nada. Te preparas mucho desde el punto de vista teórico, pero el día en consulta, urgencias, quirófano, el trato con el paciente y el resto de personal... eso es algo para lo que no te preparan. Y de golpe, de ser una rata de biblioteca con 25 años sales al mundo laboral para el que has estado preparándote tanto y sientes que es empezar de cero. Se exige mucho en un hospital, hay mucho que hacer y hacerlo ¡ya! 

A lo largo de la residencia habrás experimentado muchas situaciones, emociones... ¿Qué crees que es importante para que un residente llegue a ser un buen profesional?

Pienso que lo que más profesional hace a un médico es el aspecto humano. Tratamos con personas, personas con problemas de salud, puede que no sean graves, pero normalmente acuden preocupados, y el médico, además de todos los conocimientos que lo han puesto allí, tiene que empatizar y saber comunicar. 

Muchas veces un poco de tiempo para explicar algunas cosas es mas curativo y más barato que cualquier pastilla o prueba. 

Hablamos ahora de tu primer día como adjunta. ¿Que diferencias existen entre la residencia y la etapa de adjunto?

La mayor diferencia es que ahora toda la responsabilidad es toda tuya. No hay supervisión y tus decisiones y actuaciones son las definitivas. Eso sobre todo asusta en quirófano. Estás “sólo ante al peligro” 

¿Cómo crees que debe ser la relación Adjunto-Residente? ¿Crees que esta relación, al comienzo de la residencia, puede determinar en parte el comportamiento del residente?

Si, por supuesto. Durante la residencia te relacionas con un grupo de especialistas de lo que intentas de aprender todo. No sólo conocimientos, sino la interacción con los pacientes, la forma de actuar frente a las distintas situaciones, la relación con los otros compañeros del hospital... y eso perfilará el tipo de profesional que serás en un futuro. Al menos yo lo he vivido así, aunque por supuesto la personalidad y condición de cada uno te hará acercarte a los más afines a ti. 
Por eso el adjunto debe tutorizar en muchos aspectos al residente, apoyarlo y aconsejarlo. Para eso sirve la experiencia, porque la ciencia se puede encontrar en los libros.

¿Qué crees que siente un paciente que acude a tu consulta? ¿Qué inconvenientes puedes encontrarte? 

La verdad es que como uróloga con bastante frecuencia tengo que indagar en la intimidad de mis pacientes, y la mayoría de las consultas (sobre todo las de primera visita) requieren exploración.

El paciente puede sentirse incómodo por tener que contar determinadas cosas a un desconocido en cuestión de unos minutos y además tener que desnudarse. 
Lo principal es transmitir seguridad y respeto. Tienes que dirigirte al paciente en todo momento (mirándole a él y no al ordenador), preguntas claras y sencillas, con palabras que entienda, explicándole por qué es importante que responda honestamente a las preguntas para poder dar solución a sus problemas. 

La verdad es que hasta ahora no te tenido ningún problema, y ves como los pacientes poco a poco se sienten más cómodos y hasta te dan las gracias cuando se van. 
Siempre lo más complejo es hablar de la esfera sexual, así lo que principal es que tú mismo lo veas como algo natural, que cualquier persona independientemente de su edad o enfermedad quiera disfrutar de su sexualidad, y hablarse sin tabúes y con respeto. 

¿Cuáles crees que deberían ser las características principales de una relación medico-paciente? ¿Que esperas tú, como profesional, del paciente?

En la relación médico-paciente debe haber respeto, confianza y diálogo. Con dedicar unos minutos a explicarle a los pacientes lo que tienen o los pasos a seguir se ahorrarían muchas reclamaciones.
 Y los pacientes deben ser eso “pacientes”. Nuestro sistema sanitario público no ofrece muchas facilidades para que las cosas fluyan rápidamente.

 Los pacientes también deben comprometerse con su enfermedad y responsabilizarse de ella. No sirve de nada que se invierta en pruebas, consultas, tratamientos si los pacientes no están dispuestos a seguir nuestros consejos ( dieta, ejercicio, dejar de fumar, hacer sus seguimientos...) 

Entendemos la medicina como una profesión vocacional, ¿Existe, desde tu experiencia, perdida vocacional con el paso de los años? En caso afirmativo, ¿qué factores crees que influyen en dicha perdida?

Por triste que parezca eso es lo que veo en muchos de mis compañeros que llevan años ejerciendo. Uno se acaba “quemando” por el sistema, por la sobrecarga de trabajo, por la monotonía... Debemos de formatearnos de vez en cuando, renovarnos, seguir formándonos y actualizarnos, para no perder la pasión por nuestro trabajo. 

¿Que necesita un medico en la actualidad para ser un buen profesional? ¿que dificultades puedes encontrar en la actualidad para llegar a serlo?

Un buen profesional es aquel que se interesa por sus pacientes, y el que sigue formándose para estar actualizado y hacer su trabajo lo mejor posible. Trabajamos con personas, por su salud y su calidad de vida.

Actualmente hay muchas restricciones para ejercer la medicina que uno cree correcta, se saturan las consultas, las pruebas diagnósticas tiene mucha demora y no están disponibles en todas las ciudades las que son más específicas, las lista de espera para quirófano son interminables... 

Por último, dinos una frase o cita con la que te sientas identificada. 

“ La vida es aquello que pasa mientras haces planes para el futuro” 

Esperamos que os haya gustado.
¡Hasta el próximo café!


martes, 16 de agosto de 2016

Café Medicinal (II)

Hoy os traemos una nueva entrega de nuestro "Café Medicinal" dónde recogemos testimonios, experiencias y vivencias de profesionales de la salud.

Os presentamos a nuestra invitada. Ella es especialista en Neumología desde hace un año, que finalizó su período de residencia en un hospital público. Actualmente desarrolla su trabajo en centros privados (hospital internacional y red de policlínicas) y realiza su tesis doctoral en la Universidad de Málaga. Hasta hace dos meses compaginó esta actividad con una beca en la Unidad del Sueño del hospital donde se formó.

Os dejamos con la entrevista.

Recuerda cuando empezaste la residencia, ¿Con que palabras definirías este periodo? ¿Por qué?

No recuerdo en mi vida momento de mayor ilusión y felicidad que cuando escogí mi plaza y comencé la residencia. La definiría como un período de incertidumbres, confrontación de la realidad de la profesión y asunción de gran responsabilidad desde el minuto cero. Durante la carrera sólo aprecias pequeños retazos de lo que supone tu actividad laboral, por lo que el inicio de la residencia es una inmersión radical en un trabajo del que conoces la teoría pero nada más. Supongo que en muchas profesiones pasará lo mismo con la diferencia de que aquí te ves, en menos de lo que te imaginas, con una persona delante que te pide ayuda en lo referente a lo más importante: su salud. Ya la que tienes que dar una solución evitando en todo lo posible errores. Si a esto unimos que te lanzan a la primera línea de fuego (las urgencias) con una mínima supervisión y pasas, después de dedicar 6 años de tu vida (más un año de MIR), a ser el ultimísimo eslabón de la cadena, creo que se puede entender la frustración y ansiedad que te llega a generar este período inicialmente.

¿Qué diferencias encuentras entre ser residente y ser adjunto?

No hay demasiada diferencia entre ser residente mayor y adjunto “novel”: dónde vayas, vuelves a ser el “novato” o “recién terminado” y de nuevo tienes que vencer recelos entre los pacientes y tus compañeros. Hay que continuar estudiando porque, además, ya te conviertes en alguien completamente autónomo en tu trabajo. Tú debes tomar decisiones y resolver problemas en el momento; luego ya podrás, con suerte, comentar el caso con los compañeros. En mi opinión es un trabajo más solitario (quizás también se deba a que no desarrollo mi trabajo en un servicio de un hospital público). 

¿Qué has aprendido al dar este “salto”?

Sobre todo he aprendido que, siendo adjunto, debes conservar la mayor parte de las actitudes y herramientas que te llevaron a completar tu residencia con éxito. Acordarte siempre de que un día fuiste residente, continuar trabajando en equipo, tener un mínimo de humildad para valorar lo que hacen mejor los demás y que te sirva para superarte, estudiar y actualizarte siempre, y tener claro que, aún siendo adjunto, no puedes tener todas las respuestas a la cuestiones que se te planteen en tu carrera. 


En tu especialidad concreta ¿Qué porcentaje de responsabilidad en el éxito del tratamiento tiene un paciente con enfermedad crónica?

Un paciente tiene el 80% de la responsabilidad del éxito del tratamiento en su patología crónica. Con esto no quiero decir que todo el trabajo lo haga él, pero sí depende mucho de su actitud ante la enfermedad, su entorno socio-económico, su buen cumplimiento del tratamiento prescrito, el abandono de hábitos no saludables… Reservo el 20% para el trabajo del médico que lo diagnostica, intenta ajustar el tratamiento más adecuado, le informa correctamente y le hace partícipe en mejorar su calidad de vida.

En el caso de enfermedades pulmonares crónicas, donde el mejor tratamiento es dejar de fumar, pero el paciente incumple ¿Cómo te hace sentir?

Inicialmente, a mi me frustraba muchísimo que mis pacientes, pese a los consejos que le daba, continuaran fumando. Pensaba bastante en qué estaría haciendo mal o qué me había faltado para empujar definitivamente a ese fumador a que lo dejara. Después valoré que, como en todos los hábitos y adicciones, hay una parte muy importante que depende del paciente. El médico no puede hacerlo todo. Por tanto ahora me centro en cumplir lo mejor posible esa parte médica (información, motivación, ayuda, disponibilidad siempre) y que el paciente que no cumple vea en mí la oportunidad constante para dejar de fumar en lugar de un gestor del fracaso.

En el caso expuesto ¿Qué puedes hacer como profesional para motivar al paciente y conseguir el cumplimiento terapéutico?

He descubierto (supongo que como muchos) que no hay un solo motivo para dejar de fumar, sino tantos como pacientes fumadores. Mi objetivo es siempre ayudar al paciente a que encuentre cuál es su motivación y hacerla fuerte, acompañándola de cambios cognitivo-conductuales que le supongan, finalmente, la modificación de su estilo de vida. Por supuesto, como médico, también intento tratar los síntomas de dependencia físicos, si son importantes, para allanar un poco el camino y ayudar a mantener esa abstinencia en las primeras semanas. Todo ello siempre consensuado con el paciente que es el protagonista en este proceso.

¿Qué factores determinan el éxito de un plan para dejar de fumar? ¿Qué espera un paciente que desea dejar de fumar de un profesional de la salud?

El éxito para dejar de fumar radica en que el paciente esté motivado a hacerlo, tenga un ambiente social que le apoye y ayude en el camino y disponga de las herramientas necesarias para superar los escollos que encontrará en el proceso. El paciente espera de un profesional de la salud que entienda por lo que está pasando y a lo que se va a enfrentar. Yo personalmente nunca he fumado, pero puedo ver en la cara de los pacientes el cambio de actitud que se produce cuando les muestro que entiendo lo que sienten y lo que significa para ellos el tabaco. Ahí pasan de sentirse “señalados” por su hábito insano a comprendidos y acompañados en el tremendo esfuerzo y superación que significa dejarlo.

En la actualidad aparecen muchos tratamientos para dejar de fumar a través de hipnosis, naturopatía, etc ¿Cuál es tu opinión sobre estas alternativas? ¿Pueden resultar perjudiciales?

Estas alternativas le han sido útiles a bastantes pacientes, y pienso que, bien administradas y en manos de profesionales, podrían ser un complemento a las terapias de deshabituación al igual que las técnicas de relajación, yoga, etc. Las consideraría perjudiciales si no se acompañan de un cambio del estilo de vida del paciente, porque el problema del fumador no es sólo que consume cigarrillos, sino todo el ritual y contexto personal y social (sedentarismo, ansiedad, exclusión social, escaso tiempo para desarrollo personal o de aficiones, estrés laboral o familiar…) que acompaña a ese hábito. Si no cambiamos eso, el éxito a largo plazo se ve comprometido. 

Por último, dinos una frase o cita con la que te identifiques.


No hay nada imposible, sólo matemáticamente improbable.

Esperamos que os haya gustado.

¡Hasta el próximo café!

sábado, 6 de agosto de 2016

Café Medicinal (I)

Hoy inauguramos esta sección de entrevistas con profesionales de la salud, dónde nos contarán sus experiencias y vivencias a lo largo de su trayectoria laboral.


Hoy os dejamos con una pequeña entrevista que hemos realizado a una profesional de la salud. Nos cuenta su experiencia como residente, su visión sobre el panorama actual del sistema sanitario, las relaciones con compañeros y pacientes....y mucho más.
Ella es especialista en medicina familiar y comunitaria y actualmente trabaja en emergencias sanitarias.
Os dejamos con la entrevista.
EmocionalMed: ¿Cómo fue tu primer día en un hospital?
Mi primera guardia (donde peor se pasaba y más se aprendía) fue de "mochila", estaba con residentes mayores, aprendiendo el programa, el papeleo, etc.
Iba con mi pequeña libreta, que se convirtió en mi Biblia de la residencia. Iba apuntando todo en la libreta.
Veía a la residente a la que acompañaba y pensaba en el cambio de pasar de estudiar libros y exámenes, a trabajar con personas. Me sorprendía cómo la residente podía aguantar tan activa y acordándose de todo paciente y tratamiento. Parecía como una película.
Tuve la suerte de estar con dos residentes maravillosas, Noemí y Marta, con las que aprendí muchísimo. Me enseñaron a hacer historias clínicas, hablar con pacientes, etc.
EM: ¿Qué emociones recuerdas de ese primer día?
Sentí agobio en la residente, estrés, nervios, etc.
EM: ¿Y tus emociones?
Sentí sorpresa por vivir aquello por primera vez, sentí la importancia de la responsabilidad de un profesional de la salud.
EM: ¿Qué crees que es importante para un residente?
Que estén ahí. Apoyo emocional. Necesitamos a alguien que te ayude cuando lo necesites, que te apoye, y te trate de tú a tú, y no te haga sentir menos, o sentir un estorbo. En definitiva, que te haga sentir médico.
EM: ¿Qué es importante para un profesional de la salud?
Tener empatía es básico, entender y comprender al paciente. Escucha activa, y eliminar los prejuicios, partiendo de cero y escuchar a la persona como lo que es, una persona.
Es importante tener humanidad, ser uno mismo, ser persona antes que médico y ser responsable con tu profesión.
EM: ¿Qué espera un paciente de un médico?
Que les escuchen, que les entiendan y que noten que te interesas por ellos.
EM: ¿Qué falta en el sistema sanitario actualmente?
Actualmente falta motivación para seguir trabajando bien y poder ayudar.
En ocasiones falta humanidad, pero el sistema no ayuda. La gente está muy quemada ("burning") por la falta de tiempo para cada paciente, la presión temporal y de objetivos, la presión económica.
Esta presión influye en el profesional y repercute en la forma de atender a un paciente.
EM: Hablabas de "burning" provocado por el sistema. ¿Un residente sufre eso? ¿Se pierde ilusión a lo largo de la carrera laboral de un médico?
Un residente llega y quiere comerse el mundo. Es su sueño, ha estudiado y es médico. Es un trabajo impresionante, bonito y te sientes muy realizado.
Es precioso, para mí es lo mejor que hay e intento aprender de mi trabajo cada día.
No puedo hablar de pérdida de ilusión, porque hoy en día estoy igual de ilusionada, pero a lo largo de las rotaciones, encuentras a profesionales que si hablan mal o se desahogan, sintiendo la parte negativa de esta profesión, pero yo siempre pienso que no quiero llegar a eso y que depende exclusivamente de mi.
EM: ¿Qué necesitas para no llegar a esa perdida de ilusión?
Para mi es fundamental el equipo y el ambiente laboral. Necesito compañerismo y no competitividad.
La comunicación es básica entre nosotros, y los momentos de descanso, en los que hacemos más equipo aún.
Y los pacientes....(suspira). Recibo de ellos cariño, agradecimiento, humildad.... es lo más humano de mi profesión. Cualquier paciente es igual que otro. Me dan fuerza para seguir en esta profesión y me aportan mucha sabiduría.
En ocasiones, se trata a los pacientes como un cuerpo, sin más. Yo pienso que UN PACIENTE NO ES EL DOLOR QUE TRAIGA, es mucho más.
EM: ¿Qué es para ti un paciente? ¿Qué siente un paciente cuando llega a una consulta?
Es una persona, que llega con dolor, emocional y físico, que vienen con nervios y miedos, inseguridad.... sólo necesitan ayuda, comprensión y que les escuchen.
EM: ¿Existen similitudes entre un residente que empieza y un paciente que va a una consulta?
Muchos, hay miedos, nerviosismo, preocupación, dudas, dolor emocional (lloras por la presión que sufres, falta de compañerismo, malas contestaciones, etc)...
EM: ¿Cuál es la situación ideal de un residente?
Yo he tenido situación ideal con mi tutora. He sentido que me acogía, abrazando, enseñando simplemente con estar a mi lado, confiando en mi (hazlo tú), y aconsejando (nunca te quedes con una duda).
Gracias a esa tutora soy quién soy y me encanta la medicina de familia por los "maestros" que he tenido. Influye muchísimo tanto la actitud y disposición de tu tutor, como tu propia disposición a ser cada día mejor.
EM: ¿Son importantes los residentes que comparten contigo estos primeros años?
Tus CoR son como una familia. Te ofrecen apoyo, son quienes mejor te entienden, tanto lo bueno como lo malo, y te pfrecen un aprendizaje continuo.
EM: Por último, dinos una cita con la que te identifiques.
Esta de Confucio me encanta, y me la dijo mi tutora,
"Me lo contaron y lo olvidé; lo vi y lo entendí; lo hice y lo aprendí"
Muchísimas gracias, esperamos que os haya gustado.
PD: ¿Os habéis sentido reflejados?

La Medicina Emocional


Tradicionalmente se nos ha enseñado a que­ debemos controlar nuestras emociones, se­ nos ha dicho que estas nos traicionan y ­en muchas ocasiones son un impedimento pa­ra realizar nuestro trabajo y para relaci­onarnos. Os proponemos un cambio de mirad­a, un vivir en la emoción, sintiendo y si­endo eso que se experimenta, ser testigo ­consciente de nuestro mundo emocional en ­vez de victimas controladas por unas emoc­iones fuera de control.

Como profesionales de la salud debemos ab­rirnos al sentir y a la consciencia, todo­s sabemos que hay algo más, un mundo nuev­o esperando al alcance de la mano, sin em­bargo el miedo nos paraliza y nos hace cr­eer que este control y esta “soledad emoc­ional” en la que vivimos es el único cami­no.
En este taller queremos enseñarte a vivir­ sintiendo, compartir y crecer en la rela­ción con los demás, sean compañeros famil­iares o pacientes, ampliar tu percepción ­y mundo emocional para poder acompañarte,­ acompañar y transformar tu práctica diar­ia dándole más consciencia y profundidad

Escrito por Mario Carretero.